Casimiro García Cenarro

Casimiro García Cenarro

Tesorero

Corella (Navarra), 5/03/1852 – Madrid, 02/06/1946
Colegiado nº 290 del COFM¹

El farmacéutico homeópata

Merindad de Tudela

García Cenarro era original de Corella, que es un municipio que ha mantenido unos seis o siete mil habitantes a lo largo de todo el siglo XX³. Pertenece a la Merindad de Tudela, al extremo sur de Navarra, razón por la que estudió el Bachillerato en Artes en el Instituto de esa ciudad.

Entre 1870 y 1871 cursó el preparatorio obligatorio para entrar en Farmacia en la Universidad Central. Estaba formado por las asignaturas de Física experimental, Química general y Zoología, Botánica y Mineralogía con nociones de Geología, pertenecientes a la Facultad de Ciencias.

Hizo estudios de licenciatura en la Facultad de Farmacia madrileña entre 1871 y 1874⁴.

Exposición Nacional Farmacéutica de 1882

García Cenarro concurrió a la Exposición Nacional Farmacéutica de 1882 con un armario expositor dedicado a Hahnemann, en el que se exhibía un busto del médico alemán, junto a materias primas y utensilios para “la elaboración de los glóbulos”. El Jurado le concedió una mención honorífica⁵.

Una farmacia exitosa

Domiciliado en la capital, calle de Abada, nº 4 y 6, el farmacéutico ejerció la profesión durante 63 años en este establecimiento, en el que abrió un laboratorio homeopático⁶. Tras la guerra, se vio obligado a trasladar la botica a la calle de la Salud, nº 16, por derribo de la finca de la calle Abada⁷. Debido a una renumeración de la calle en 1971, de nuevo por el derribo de otros tres edificios, pasó a ser el número 10⁸. Su botica se especializó en la farmacopea homeopática, y dispensaba recetas de médicos que practicaban la homeopatía, siguiendo las novedosas corrientes que venían de Alemania y Francia⁹. El boticario insertaba pequeños anuncios en periódicos madrileños de gran tirada, con reclamos llamativos, acompañados de textos explicativos de las preparaciones homeopáticas objeto de venta.

La Sociedad Hahnemanniana

El boticario navarro ingresó como miembro de la Sociedad Hahnemanniana Matritense en 1880, y fue su administrador desde 1882, centralizando desde su farmacia la difusión de la doctrina homeopática por medio de libros y revistas¹⁰. Durante aquellos años la homeopatía tuvo su órgano de expresión en medios como la Revista hahnemanniana y El Criterio médico¹¹. La polémica suscitada en el mundo sanitario como consecuencia del seguimiento de algunos médicos y farmacéuticos de las doctrinas hannemannianas fue tan intensa como lo sigue siendo hoy en día¹².

Un socio de García Cenarro, Manuel Carrión y Muñoz, fue uno de los introductores de la doctrina homeopática en España, y su muerte en 1875 convirtió al primero en sucesor y heredero del establecimiento y laboratorio común¹³.

La Sociedad Hahnemanniana Matritense se mostró especialmente activa promoviendo una suscripción internacional para construir en Madrid un Hospital Homeopático, cuyas obras finalizaron en 1878. El hospital atendía a unos 500 pacientes anuales, y contaba con un consultorio médico, al que también acudían pacientes sin recursos. Con el Hospital Homeopático colaboraron médicos homeópatas españoles, como los Dres. Núñez Pernia —médico homeópata de la reina Isabel II—, García López, Pellicer, Aróstegui, Álvarez, Juárez, Torres Oliveros o Barco¹⁴.

Problemas con la cuota

Casimiro García Cenarro ingresó en el Colegio de Farmacéuticos de Madrid como socio de número en noviembre de 1886¹⁵ y ejerció como vocal de la Junta de Gobierno de la corporación madrileña en el bienio de 1895-1896¹⁶. Dos años después, en 1898, lo hizo como tesorero de la primera Junta de Gobierno del Colegio Provincial de Farmacéuticos de la capital.

Curiosamente, este farmacéutico se resistió a pagar la cuota obligatoria de colegiación, a pesar de haber formado parte de la primera Junta de Gobierno del Colegio profesional en 1898, firme defensora de la colegiación obligatoria. Aunque el nuevo colegio había nacido en 1898, no fue hasta 1918 cuando pudo hacerse efectiva la nueva reglamentación de los colegios provinciales de farmacéuticos, como consecuencia de la impugnación judicial del decreto de colegiación obligatoria por pate de un sector liberal de médicos y farmacéuticos. A pesar de la resistencia de García Cenarro a pagar las 12 pesetas de cuota anual de colegiación, el Colegio Provincial de Farmacéuticos de Madrid mantuvo con firmeza la obligatoriedad del cumplimiento de la ley para todos los farmacéuticos ejercientes en Madrid, posición que hizo extensiva a todo el colectivo farmacéutico madrileño¹⁷.

Servicio de selección de nodrizas

El boticario navarro se publicitaba frecuentemente en la prensa general y especializada de la época, con anuncios que combinaban textos e imágenes, resultado de una considerable inversión financiera. El farmacéutico popularizó sus productos homeopáticos tras la invasión de la epidemia de cólera morbo asiático de 1884-1885.

A modo de ejemplo, en 1900 anunciaba en prensa junto con el doctor Segarra un “centro de reconocimiento y colocación de nodrizas, con análisis de su leche y a donde pueden acudir los padres, en la seguridad de obtenerlas de condiciones inmejorables para amamantar a sus niños. Abada,6”¹⁸. También fue conocido como distribuidor de los productos homeopáticos del norteamericano James Munyon, convirtiéndose en su agente en Madrid¹⁹.

Sus productos

El producto que más promocionó García Cenarro en las primeras décadas del siglo XX consistió en la invención de un dispositivo inhalador de sustancias medicamentosas, denominado inhalador Cenarro. El invento estaba formado por varias piezas: una boquilla, en la que iba ubicado un algodón antiséptico para la filtración del humo, un tronco de caucho enroscado a la boquilla, por el que circulaba el aire, un tapón, y un cilindro en el que se vertía la sustancia medicinal. García Cenarro solicitó en 1911 la patente del cigarro inhalador Cenarro, destinado a combatir las afecciones de la boca, garganta, nariz, bronquios y pulmones. La memoria descriptiva del producto manifestaba lo siguiente:

“La mayor parte de las pastillas que se anuncian para curar las afecciones catarrales deben su acción al efecto calmante y pasajero de los preparados de opio, tan perjudicial en muchos casos, sobre todo en los niños, ancianos e individuos de temperamento congestivo en que la aumenta y favorece y por lo tanto se halla totalmente contraindicado.

Posteriormente, algunos otros fabricantes convencidos de que la inhalación es el único medio de obtener éxitos en la curación del aparato respiratorio, han confeccionado pastillas a base de cola de carpintero a que han agregado sustancias volátiles, como mentol, esencia de eucalipto, etc., manifestando en sus libros y prospectos de propaganda las ventajas de esa manera de obrar sus pastillas; pero como es natural, ocultando los perjuicios a que puede conducir la injerencia en el estómago de materias tan sucias, enmascaradas con el aroma balsámico-volátil que hemos citado; y así solo se explica que a pesar de los costosos gastos que llevan a efecto esos fabricantes con la publicación de grandes anuncios en los periódicos, reparto de folletos, etc., puedan expender en un precio muy reducido, cajas de pastillas que contienen más de ciento; es decir, aprovechando como base materias y residuos suficientes por sí solos para producir al ser ingeridos en el estómago una infección.

Todos estos temores y peligros desaparecen con el empleo del aparato inhalador que sometemos a examen y aprobación y cuya patente se solicita, al que se la ha dado la forma de cigarro con el fin de que pueda usarse en público sirviendo como de adorno.

Constituye dicho aparato un cigarro inhalador que simula un cigarro puro encendido, compuesto de cinco piezas que se ajustan perfectamente, unas por rosca y otras a presión según se ven numeradas con tinta roja en el dibujo que se acompaña; por medio de su manera de funcionar y merced a una combinación de sustancias medicinales, el aire que se aspira entra directamente en el aparato respiratorio convertido en humo medicinal, saturado de sustancias balsámico-antisépticas, que al expeler por la boca y la nariz, hace la ilusión perfecta como si se estuviese fumando un tabaco habano, con la diferencia de que ese humo, al ser expelido además de beneficiar al que lo usa, constituye un eficaz desinfectante que aromatiza y purifica el aire que se respira.

La utilidad, por lo tanto, de este cigarro, es bien palpable, llevando directamente al aparato respiratorio la medicación indicada en sus diferentes afecciones sin necesidad de irritar ni perturbar las funciones del estómago con la injerencia de ninguna clase de droga.

Este cigarro se destina preferentemente a la curación de diferentes afecciones de la garganta, nariz, boca, bronquios y pulmones, a preservarse en tiempo de epidemia y al penetrar en habitaciones en donde pueda existir algún temor de infección o contagio. Su uso por lo tanto es conveniente, como curativo y preservativo, y puede usarse en los teatros, tranvías, etc., porque el humo balsámico-antiséptico que se aspira y expele constituye un eficaz desinfectante de reconocida utilidad”²⁰.

En 1923 impugnó una designación de farmacéutico de la Beneficencia municipal del Ayuntamiento de Madrid, para el suministro de medicamentos a los pobres, que al parecer había sido concedida irregularmente al hijo del farmacéutico Julio Delgado Cea, José Luis, “en atención a los méritos y servicios que prestó su padre”²¹.

La farmacia de este boticario se conservó en el seno de la familia durante las décadas siguientes a su fallecimiento. Una hija de Casimiro García Cenarro, Genoveva, casó con el farmacéutico Aurelio Rojo Cámara en 1916, que se encargó de la farmacia de su suegro²², y un nieto, Aurelio Rojo García Cenarro, continuó la tradición farmacéutica familiar, ejerciendo entre 1954 y 1975 en la botica de su padre y de su abuelo de la calle de la Salud²³. A su muerte en 1975, aún pasó la propiedad a su mujer, Araceli Garrido Entrena, que falleció tres años más tarde. Esto hace más de cien años en los que la farmacia perteneció a su familia, desde 1877 a 1978, incluyendo los 69 en los que la dirigió el propio García Cenarro, 63 de ellos en el mismo local de la calle Abada.

Casimiro García Cenarro falleció en Madrid, en junio de 1946²⁴.

↑ ¹ ACOFM. Listado mecanografiado de colegiados, circa 1991.

↑ ² Francesc-Andreu Martínez Gallego, 2020 “Remedios homeopáticos y publicidad de masas en España: 1880-1910”, en la Revista internacional de Historia de la Comunicación (RIHC), 14, pp. 36-59. Sobre homeopatía, vid. Francisco Javier Puerto Sarmiento y Antonio González Bueno, Compendio de Historia de la Farmacia y Legislación farmacéutica, Madrid, 2011, p. 194 y ss.

↑ ³ Instituto Nacional de Estadística.

↑ ⁴ AHN (Archivo Histórico Nacional). Universidades, 1061, exp. 9. Expediente de Casimiro García Cenarro.

↑ ⁵ María Teresa Ruiz Jiménez, La exposición farmacéutica nacional de 1882, organizada por el Colegio de Farmacéuticos de Madrid y la fabricación industrial del medicamento. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Farmacia. Memoria de grado de doctor de Farmacia. Madrid, 2005, pp. 186 y 317 [Disponible en línea] [consultada el 28 de julio de 2021] https://eprints.ucm.es/id/eprint/3601/1/T16807.pdf

↑ ⁶ AVM. Solicitud de Casimiro García Cenarro de dispensación de la presentación de licencia de apertura de la farmacia de la calle Abada nº 4-6, por haberse establecido hace veinte años. 31 de mayo de 1897. 11-20-354.

↑ ⁷ ACOFM. Expediente colegial de Casimiro García Cenarro, sig. 321/22.

↑ ⁸ ACOFM. Expediente colegial de Aurelio Rojo García-Cenarro sig. 478/22.

↑ ⁹ La actividad de su laboratorio a partir de 1936 se recoge en Antonio González Bueno y Raúl Rodríguez Nozal, Censo-Guía de los laboratorios farmacéuticos activos durante el franquismo (1936-1975). Madrid, 2018, p. 147.

↑ ¹⁰ El Criterio médico. Sección Oficial. Sociedad Hahnemanniana Matritense. Ejemplares de 30 de marzo de 1880, p. 103, y 30 de enero de 1882, portada.

↑ ¹¹ El Criterio médico. 30 de junio de 1886, pp. 161 y 162.

↑ ¹² El opúsculo de José Sebastián Coll (https://dbe.rah.es/biografias/73211/jose-sebastian-coll-cochet) publicado en 1839 (Valladolid, imprenta de Julián Pastor) y titulado Aviso a los amigos y enemigos de la Homeopatía defiende las prácticas homeopáticas y en sí es un buen exponente del enfrentamiento existente entre defensores y detractores de esta corriente.

Entre los detractores de la Homeopatía figuró el farmacéutico madrileño Quintín Chiarlone y Gallego del Rey, periodista y académico de número de la Real Academia de Medicina, conocido por su publicación sobre Historia de la Farmacia. Como colaborador en La Linterna Mágica, denunció hacia 1875 el prestigio alcanzado por la homeopatía, por lo que fue demandado en los tribunales e incluso retado a duelo por Valero, editor de El centinela de la Homeopatía. Carlos Mallaina, Elogio histórico del Excmo. Sr. Dr. D. Quintin Chiarlone, escrito en virtud de encargo del Colegio de farmacéuticos de Madrid para ser leído en la sesión del aniversario 144 de dicho colegio. Madrid, 1881. https://patrimoniodigital.ucm.es/s/patrimonio/item/559876#ficha

↑ ¹³ El Criterio médico. 10 de marzo de 1878, p. 23.

↑ ¹⁴ Web del Instituto Homeopático y Hospital de San José [disponible en línea] [consultada el 29 de julio de 2021] http://www.hospitalhomeopatico.es/homeopatia/breve-historia-del-instituto-homeopatico-y-hospital-de-san-jose-y-su-conflicto-judicial

↑ ¹⁵ Semanario farmacéutico. 7 de febrero de 1886, p. 148.

↑ ¹⁶ Bajo la presidencia de Eduardo Talegón, y acompañando a los farmacéuticos Vallarino, Abras Xifra y Blas y Manada, como vocales. Real Academia Nacional de Farmacia (RANF). Libro 53 de actas de juntas de Gobierno. 1891-1916. Junta de 14 de octubre de 1895.

↑ ¹⁷ Comunicación del Colegio Provincial de Farmacéuticos de Madrid de la decisión de la Junta de Gobierno, de 27 de septiembre de 1919, al colegiado Casimiro García Cenarro. ACOFM. Expediente de Casimiro García Cenarro 321/22. Al parecer, el farmacéutico navarro había denunciado al Colegio madrileño al inspector provincial de Sanidad, por negarse a facilitarle una certificación de colegiación. La corporación farmacéutica madrileña contestó con un informe a la citada denuncia.

↑ ¹⁸ Anuncio insertado en El Correo militar de 2 de junio de 1900, p 3.

↑ ¹⁹ Francesc-Andreu Martínez Gallego, “Remedios homeopáticos y publicidad de masas en España: 1880-1910…, pp. 57 y ss.

↑ ²⁰ Memoria descriptiva del cigarro inhalador Cenarro, destinado a combatir las afecciones de la boca, garganta, nariz, bronquios y pulmones, cuya patente se solicita. Madrid, 28 de junio de 1911. Presentado a la Dirección General de Comercio, Industria y Trabajo, Sección Patentes de invención, del Ministerio de Fomento. Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), exps. nºs 53797 y 50822. Vid. también la solicitud de la marca en (AOEPM), exp. nº 53797 y 50822.

↑ ²¹ Archivo General de la Administración (AGA). Instancia suscrita por Don Casimiro García Cenarro, farmacéutico, denunciando la ilegalidad de la provisión de una titular de farmacéutico de Distrito. 1923. AGA. Ministerio del Interior. Fondo Antiguo T (08) 025. Sig. 44/63.

↑ ²² Noticia en El Correo español de 12 de octubre de 1916, p.3, de la boda de Genoveva García Cenarro con Aurelio Rojo Cámara. Escrito de la farmacia de García Cenarro al presidente del Colegio Provincial de Farmacéuticos de Madrid de 6 de abril de 1945, con la firma de Aurelio Rojo Cámara. ACOFM. Expediente de Casimiro García Cenarro 321/22.

↑ ²³ ACOFM. Expediente del colegiado Aurelio Rojo García-Cenarro 478/22.

↑ ²⁴ ABC. «Necrológica de Don Casimiro García Cenarro». Sábado, 8 de junio de 1946. Edición de la mañana, p. 14.