Fundadores

¿Cuáles fueron las circunstancias que llevaron a los preparadores de medicamentos de ser una comunidad de rasgos profesionales comunes a dar un salto cualitativo para constituirse en un grupo coordinado, que actuó de forma articulada en la defensa de sus intereses profesionales?

Tradicionalmente, una parte importante del colectivo farmacéutico se ha caracterizado por su organización y agrupamiento en torno a colegios y asociaciones. Estas características de actuación colectiva no se han producido de forma lineal y constante en el tiempo, sino que han estado sometidas a diversos avatares e incluso a disensiones, que ponen de manifiesto la complejidad de la interactuación dentro de los grupos profesionales.

Los cambios históricos acontecidos en los años de transición de los siglos XIX al XX son el marco que nos ayuda a comprender una pintura rica en detalles. El lienzo de esta exposición representa los problemas que afectaron a la Farmacia de aquella época y las estrategias desarrolladas por los farmacéuticos para superar el reto de la adaptación a los nuevos tiempos. Uno de esos desafíos consistió en la reestructuración de la colegiación profesional.

Cuestiones que hoy, en nuestro siglo XXI, forman parte del día a día en el ejercicio de la Farmacia, ya se encontraban en el cajón de los asuntos profesionales de los farmacéuticos del ochocientos: la tarificación de los medicamentos, la colegiación, la fiscalidad, el intrusismo, la liberalización, la legislación sobre aperturas de farmacias y traspasos, o los intentos de adelantar cuál sería el futuro del medicamento. Temáticas como estas siguen de plena actualidad en los foros farmacéuticos de nuestros días.

La exposición Madrid 1898. Farmacéuticos en la brecha. Retos del cambio de siglo y creación del Colegio profesional da a conocer aspectos de la realidad poliédrica de la Farmacia finisecular, y trae a la primera línea el protagonismo ejercido por los padres fundadores del Colegio profesional de Farmacéuticos de Madrid.

Julián de Madariaga Regil fue uno de los grandes fabricantes de especialidades farmacéuticas de la época. Tuvo oficina de farmacia en la plaza de la Independencia nº 10 y fue responsable de las marcas Gastronal y Jarabe Benzo-cinámico con heroína del Doctor Madariaga. Su perfil profesional neutro le convirtió en una figura de consenso, elevándole en 1898 a la presidencia de la primera junta de gobierno del Colegio Provincial de Farmacéuticos de Madrid.

Francisco Garrido Mena fue uno de los farmacéuticos más implicados en la vida institucional del antiguo Colegio de Farmacéuticos de Madrid en las últimas décadas del siglo XIX. Participó en la redacción del primer proyecto fallido de Reglamento de Colegiación. Un reconocido y premiado profesional tanto por su labor institucional como por sus preparados de la farmacia de la calle Atocha nº 30.

Casimiro García Cenarro fue sin duda el miembro de la Junta que más invirtió en la publicidad de sus productos. Fue un conocido y exitoso farmacéutico, y uno de los mayores defensores y promotores de la homeopatía en su época de más popularidad. Hizo grandes inversiones en publicidad en la prensa general y especializada con llamativos anuncios de sus productos. Ejerció durante 63 años en su farmacia de la calle Abada, 4 y 6.

La lista de méritos y servicios de José María Reymundo presentada para el concurso para farmacéutico titular en 1895 fue tan impresionante que los profesores declararon que eran “muy superiores (…), no solo por su número, sino también por su importancia”. Un año después fue presidente interino del antiguo Colegio de Farmacéuticos de Madrid. Tuvo su farmacia en la calle Atocha nº 25 entre 1882 hasta 1909, cuando la trasladó a la calle del Carmen, 14.

Juan Ruiz del Cerro y Pozo es el ejemplo de farmacéutico ilustrado y polifacético. Fue también periodista, político y autor dramático; todo ello de forma intensa y exitosa. Trabajó la zarzuela y el drama histórico, especialmente en los episodios más heroicos y personificaciones del carácter de la nación. Desde el punto de vista científico, su aportación más notable fue la traducción del alemán del Atlas de la Historia Natural de Traugott. Tuvo una farmacia en la calle Ave María, 28.

Juan Ramón Gómez Pamo es uno de los farmacéuticos españoles más importantes del siglo XIX. Excelente y reputado investigador, unió a su actividad docente la de estudioso y autor de numerosas publicaciones científicas, habiendo sido el primero que trabajó en España en Histología Vegetal. Formó parte de las corporaciones científicas más importantes de su época, y se ocupó incansablemente en la labor institucional del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, contribuyendo de forma decisiva al proceso de colegiación obligatoria. Heredó de su padre la farmacia en la calle Santa Isabel nº 5 hasta que la heredó su hijo a su muerte.

Como representante de otras ciudades de la provincia fue nombrado vocal 3º a Francisco Gil, farmacéutico de Alcalá de Henares. Originariamente de Camarma de Esteruelas, un pequeño municipio de la cuenca del Jarama, llegó a Alcalá en 1889. Ese año compró una botica en la plaza Mayor esquina a la calle Libreros y fue subdelegado de Farmacia en el municipio. En la prensa local pueden encontrarse anuncios de “Las Legítimas Píldoras Suizas de A. Brandt de San Gall (Suiza)” de venta en su farmacia.

En representación de la Farmacia rural fue elegido como vocal 4º a Álvaro Martínez Campos, farmacéutico de Navalcarnero. Fue nombrado titular en 1880 y cinco años más tarde tuvo que enfrentar, junto al médico titular, una epidemia que se cebó con la población infantil. A lo largo de su carrera ocupó una serie de cargos importantes en la representación los farmacéuticos de Madrid. Fue vicepresidente en el Congreso de Facultativos Titulares de 1891, repitió cargo en la Junta del COFM en 1901, miembro de la Junta de Patronato de farmacéuticos titulares de 1903 y miembro de la Caja de Socorro del Cuerpo de Farmacéuticos Titulares de 1913.

Fidel Fernández ejerció en varios partidos de farmacias rurales como San Sebastián de los Reyes o Navalcarnero, donde coincidió en la Junta municipal de facultativos en 1891 con Álvaro Martínez Campos. Finalmente se trasladó a Madrid a la calle del Desengaño nº 10 cuadruplicado. En 1912 fue designado visitador de la Diputación Provincial en el Hospital de San Juan de Dios. Ejerció el cargo de secretario de la Junta de Gobierno y Patronato del Cuerpo de Farmacéuticos Titulares hasta su fallecimiento en 1923.